Documento del mes. Agosto 2023

NOTA INFORMATIVA

DOCUMENTO DEL MES DE AGOSTO DE 2023

 

DOCUMENTOS DE SOLICITUD DE PUESTOS PARA EL

MERCADO DE LA PLAZA MAYOR. PLASENCIA, 1789-1792

 

En el Martes Mayor en Plasencia se homenajea la existencia y valor del tradicional Mercado de los Martes de Plasencia, el cual se remonta a los orígenes de la ciudad. Por este motivo, para el Documento del Mes de agosto, os mostramos dos documentos de finales del siglo XVIII de solicitud de puestos para el mercado en la Plaza Mayor, uno de ellos de un hortelano y otro de un recatonero y son los siguientes:

  • Memorial de Francisco Fernández Gil, recatonero, solicitando se le señale nuevo puesto de venta en la Plaza Mayor. Plasencia, 12 de marzo de 1789.
  • Memorial de Juan Hilario Daza, hortelano, solicitando se le señale puesto en la Plaza Mayor. Plasencia, 15 de diciembre de 1792.

A lo largo de su historia, el mercado semanal de los martes en Plasencia ha ofrecido una amplia y variada gama de artículos y productos agrarios, aportados tanto por los hortelanos placentinos como por los habitantes de los valles y pueblos cercanos, dependiendo de la temporada. Los puestos exhibían una fascinante mezcla de productos, además de  alimentos (trigo, carne, frutas, legumbres, especias, frutos secos, miel, pescado, leche de cabra, vino, aguardiente)  se podían encontrar productos de consumo habitual, como jabón, carbón, hielo y cera para velas, hasta pucheros de barro (especialmente de Arroyo del Puerco), zapatos de piel de vaca fabricados en Garrovillas, así como coloridos collares, pulseras, zarcillos y colgantes traídos por los artesanos de Torrejoncillo, entre otros. Sin olvidar, los productos destinados a la vestimenta humana, como los paños fabricados en los talleres de la ciudad o en las fábricas cercanas como Torrejoncillo y Casatejada.

El mercado de los martes en Plasencia ha sido un importante punto de encuentro comercial a lo largo del tiempo, donde la diversidad de productos y la actividad comercial han enriquecido la vida de la ciudad y su entorno, consolidando así su relevancia como centro de intercambio y comercio para toda la región. Claramente la función mercantil tuvo más importancia en Plasencia que en los núcleos rurales de su entorno por las franquicias reales obtenidas y por su situación geográfica centro de atracción sobre comarcas como la Vera y los valles del Jerte, Alagón y Ambroz. El comercio ha estado y continúa estando muy ligado a Plasencia, constituyendo una de sus principales funciones pero generalmente con unas características locales y comarcales.

En el siglo S. XVIII Plasencia mantiene los mercados semanales de los martes.  La ciudad solicitará la confirmación de los privilegios otorgados por los Reyes Católicos a la feria y mercado, que se dará en la Real Cédula de Confirmación de 1725. La ciudad cuenta con buenas condiciones naturales no sólo por su condición de centro geográfico de varias comarcas sino por hallarse situada en las rutas que ponen en comunicación Andalucía y Extremadura Baja con Castilla tanto dirección norte (Montemayor-Salamanca), como dirección nordeste (Barco-Piedrahita-Ávila), y también con Portugal, y Toledo.

En el mercado, la distribución de los tenderetes seguía antiguas normas gremiales, pero los conflictos eran frecuentes, generalmente debido a disputas por ocupaciones indebidas de espacios. La Plaza Mayor se dividía en parcelas para asignar los puestos de venta, y ciertos lugares y rincones eran especialmente codiciados debido a su posición estratégica para las ventas. Los recatoneros, también protagonizaban frecuentes disputas cuando no se respetaban las asignaciones de puestos. Los recatoneros, eran comerciantes o vendedores ambulantes que compraban productos al por mayor y luego los revendían al por menor en los mercados o ferias locales, podían ofrecer una amplia variedad de productos, desde alimentos hasta artículos de uso diario o artesanía.

Volviendo a los documentos que hoy os traemos, en el primero de ellos, el recatonero Francisco Fernández Gil solicita que se le cambie el puesto por otro mejor, ya que el suyo, además de que no sirve para los días de lluvia, es muy incómodo, tanto para las ventas, como para el tránsito de la gente. El puesto que solicita se encuentra “bajo del soportal de las dos casas de las viudas de Marcos Calaprice y Marcos Frances”.

     

El segundo de los documentos es del hortelano Juan Hilario Daza, que habiendo arrendado una huerta en la rivera donde producirá legumbres y todo género de hortalizas, solicita puesto por primera vez "para poder vender lo que de ella obtenga".

Este último documentos contiene una filigrana muy llamativa que queremos también mostraros. Una filigrana es una “marca o huella traslúcida existente en el pliego de papel de tina que determina el origen o la calidad del papel. Se ubica en el centro del pliego o principalmente en el centro de una de las mitades del mismo"(definición sacada del proyecto de innovación para la docencia en libro antiguo y patrimonio bibliográfico de la Universidad Complutense de Madrid).  Era la marca o firma del artesano papelero.  En este caso, se trata de un personaje o jinete con casco y lanza a caballo, a los pies en letras mayúsculas se puede leer la palabra RAULELA.

Pincha aquí para ver las trancripciones de los documentos.