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Registro de autoridad

Esquilache, Leopoldo Gregorio de (marqués de Esquilache)

  • Persona
  • [1700] a 15/09/1785

Diplomático y político español de origen italiano.

De origen humilde era asentador de víveres del ejército cuando el rey Carlos VII (el futuro Carlos III de España) le confió la administración de las aduanas de Nápoles (1748). Su eficacia en la gestión y su cercanía al reformismo ilustrado del monarca le hicieron ascender a puestos de mayor responsabilidad, siendo nombrado secretario de Hacienda, Guerra y Marina.

Acumuló un gran poder, lo cual, unido a su condición de extranjero y a las reformas que realizó, le granjeó muchos enemigos

Durante su estancia en el poder (1759-66) creó la lotería y el montepío de viudas y huérfanos de militares; dictó las ordenanzas para el reemplazo militar; reguló el despacho con Roma; reorganizó los propios y arbitrios de los pueblos; modernizó la capital con un sistema de alumbrado nocturno de las calles, además de edificar la Casa de Postas y la Aduana (sedes actuales de la Comunidad de Madrid y del Ministerio de Hacienda); limitó los privilegios del clero, exigiendo a la Iglesia el cumplimiento del Concordato y reduciendo su jurisdicción en beneficio del poder real.

Con el fin de acabar con la impunidad de los criminales nocturnos en las ciudades, dictó un bando en 1766 que prohibía los tradicionales sombreros redondos y capas largas que usaban los embozados; aquel «atentado» a las costumbres españolas por parte de un extranjero fue el detonante de una insurrección popular contra el ministro conocida como el motín de Esquilache, que estalló simultáneamente en las principales ciudades del reino; en Madrid fue saqueada la propia casa de Esquilache.

Parece que detrás del motín se hallaba la Compañía de Jesús, enemiga del regalismo monárquico y de las avanzadas reformas protagonizadas por el ministro, que organizó la conspiración sirviéndose del descontento popular ante la sucesión de malas cosechas, escasez y carestías desde 1762. De resultas del motín, el rey depuso a Esquilache de todos sus cargos y le envió a Italia, no sin antes compensarle con la concesión de rentas y honores; en 1767 la pugna entre el regalismo del monarca ilustrado y el tradicionalismo auspiciado por la Iglesia tendría un nuevo capítulo con la expulsión de los jesuitas de España. En 1772 Esquilache fue nombrado embajador de España en Venecia.

Alfonso X (1221-1284, rey de Castilla)

  • Persona
  • 23/11/1221 a 04/04/1284

Alfonso X de Castilla, llamado "el Sabio" (Toledo, 23 de noviembre de 1221-Sevilla, 4 de abril de 1284), fue rey de Castilla entre 1252 y 1284. A la muerte de su padre, el rey Fernando III «el Santo», reanudó la ofensiva contra los musulmanes, y ocupó Jerez de la Frontera (1253), arrasó el puerto de Rabat, Salé (1260) y conquistó Cádiz (c. 1262). En 1264, tuvo que hacer frente a una importante revuelta de los mudéjares de Murcia y el valle del Guadalquivir.Como hijo de Beatriz de Suabia, aspiró al trono del Sacro Imperio Romano Germánico, proyecto al que dedicó más de la mitad de su reinado sin obtener éxito alguno. Los últimos años de su reinado fueron especialmente sombríos, debido al conflicto sucesorio provocado por la muerte prematura de su primogénito, Fernando de la Cerda, y la minoría de edad de sus hijos, lo que desembocó en la rebelión abierta del infante Sancho y gran parte de la nobleza y las ciudades del reino. Alfonso murió en Sevilla, durante el transcurso de esta revuelta, no sin antes haber desheredado a su hijo Sancho.
Llevó a cabo una activa y beneficiosa política económica, reformando la moneda y la hacienda, concediendo numerosas ferias y reconociendo al Honrado Consejo de la Mesta.
También es reconocido por la obra literaria, científica, histórica y jurídica realizada por su escritorio real. Alfonso X patrocinó, supervisó y a menudo participó con su propia escritura y en colaboración con un conjunto de intelectuales latinos, hebreos e islámicos conocido como Escuela de Traductores de Toledo, en la composición de una ingente obra literaria que inicia en buena medida la prosa en castellano. Elaboró de su pluma, las Cantigas de Santa María y otros versos, realizando una gran aportación a la lengua culta del momento en la corte del reino, el galaicoportugués, que por su noble autor nos ha perdurado. Falleció en Sevilla a los 62 años de edad.En 1935, se le reconoció como astrónomo nombrando en su honor, al cráter lunar "Alphonsus".

martin

La Mata (concejo, jurisdicción antigua, Cáceres, España)

  • Entidad colectiva
  • ca. 1400-1855

La campana y Concejo de la Mata.

A principios del siglo XIV, en medio de una serie de señoríos que pretendían apoderarse de todo el Campo Arañuelo (los Almaraz, Monroy, Zúñigas, Oropesa, Alba, Peñaranda y Serrejón), para evitarlo, la ciudad y obispado de Plasencia fundan el “Sexmo” de Plasencia y dos “Campanas” –las de Albalat y de la Mata–: un Concejo de alquerías dependientes de dicha ciudad.

En nuestro caso, en torno a la iglesia que construyen junto al arroyo Santa María: Santa María de la Mata (actuales ruinas de San Gregorio), en el cruce de la autovía con la carretera a Peraleda y Guadalupe. Esta peculiar institución, promovida por la iglesia, tenía como fin potenciar la repoblación, evitar la usurpación de tierras por parte de los señores y emanciparse de la Mesta.

Al principio estaba compuesta por Navalmoral, Santa María de la Mata (sede matriz, fundada junto a una mata de encina, donde según la leyenda se apareció la Virgen), Valparaíso, Torviscoso y Malhincada (despoblados ya los tres últimos). Más tarde se incorporan Millanes y Peraleda. El primero y los tres últimos, siguen portando el apellido “de la Mata”.

Así pues, la Campana fue una institución medieval promovida por la Iglesia que, al querer atender espiritualmente a la población pastoril dispersa, buscando un nexo de unión entre ella, instituyó parroquias rurales (allí acudían cada domingo sus vecinos, para los actos religiosos y c civiles).

La Campana cumplía, pues, una doble función cívico-religiosa: ya que, además de parroquia, era Concejo. Gradualmente, las primitivas y pequeñas alquerías irían creciendo, convirtiéndose en pueblos (con iglesias). Pero el trasfondo continuaba similar. Perdurará hasta mediados del siglo XIX (1855), como expondremos.

La característica más significativa era la disposición de tierras, dehesas y ejidos por parte del común de vecinos que disfrutaban, además, el privilegio de exención de impuestos para los recién casados o avecindados (como ayuda). Así como potenciar la repoblación, evitar la usurpación de tierras por parte de los señores y emanciparse de la Mesta. Plasencia las ayuda con tierras, dehesas y ejidos; y su economía será, básicamente, agropecuaria.

En base a unos cultivos por pequeños agricultores, que se repartían lotes de esas tierras comunales a cambio de un pequeño pago; y aprovechamiento ganadero doble: parte de las bellotas y pastos eran arrendados por el Concejo a ganaderos forasteros; mientras otros lotes son disfrutados por los vecinos del Arañuelo, comunalmente, aportando un número escaso de cabezas de ganado por familia, que son custodiados por un pastor común contratado. Las dehesas boyales se destinan a las yuntas de labor (bueyes en su mayoría, de ahí su nombre), donde pastaban gratis.

Su organización se basaba en lo siguiente: cada una de por si es Villa, pero todas juntas se consideran una sola y constituyen una vecindad, una justicia igual y un gobierno; sus aprovechamientos son comunes y su jurisdicción se ejerce de este modo: por cada alcalde en su villa, dentro del pueblo; y, para los temas generales o comunales, actuarían de acuerdo con el asunto.

A pesar de los numerosos impuestos (la Corona, ciudad de Plasencia, Iglesia, abusos de los Corregidores, del propio Concejo o Ayuntamientos, etc.), la nota destacable era la igualdad generalizada entre los vecinos, la ausencia de clases sociales importantes en estas localidades.

Las referencias a toponimias edafológicas y agrarias (nava, valle –val–, mata, peral, moral, torvisco) o ganaderas («millanes» y “millares”) son lógicas. Y la influencia de la gente del sur de Ávila, así como del sector talaverano, está fuera de toda duda.

En 1636 logran la exención de Plasencia, adquiriendo el título de Villas. Y más tarde se generaliza la Romería de San Gregorio (de ahí su actual nombre) cada 9 de mayo.

Progresivamente, desaparecen Valparaíso (por los portugueses, en el Guerra de Sucesión: 1701-1713), Malhincada (su propio nombre lo indica, en un paraje palúdico junto al arroyo Santa María) y el núcleo matriz (por similares causas que la anterior). Y, aquellas primitivas tierras comunales, unas se van repartiendo entre los diferentes municipios, pero otras proseguirán de aprovechamiento común:

Las dehesas más alejadas, con un aprovechamiento cerealístico y ganadero (según los suelos), leña, carbón vegetal y corcho, se repartían entre tres estamentos:

. Unas eran propias de cada Villa (conseguidas, generalmente, tras el reparto de baldíos de finales del XVIII) o a través de adquisiciones particulares): Millanes tenía el Ejido de Millanes. Navalmoral disfrutaba de Casasola, La Hilera, Dehesa del Matadero, Dehesón, Ejido Chico, Ejido de la Jara, El Fondón, La Chaparrera, Buenavista-Las Mojeas, Horco y El Turuñuelo. Torviscoso tenía su Dehesa y el Ejido Gallinero. Peraleda poseía La Pasada, Cerrillo, Lugar Nuevo, Miramontes y La Mata (entre las principales).

Otras eran comunes del Concejo de la Mata (o sea, en común de los cuatro pueblos, desde que se creó la institución), que poseía las siguientes propiedades: el Ejido Grande de Malhincada, Cerrocincho y parte de El Berrocal.. Y las había Comunes a Millanes y Navalmoral: Dehesa de Abajo, Dehesa Nueva, Dehesa de Arriba, Cancho Redondo, Casarejo, Ejido Nuevo, parte del Berrocal y Raygosillo.

Con la evolución histórica se producen unos cambios que afectaron, también, a la economía y usufructo de la tierra, ya que los terrenos próximos a las localidades pasaron, poco a poco, a mano de particulares, vendiéndose en pequeños lotes o huertos (que aún se conservan), y que dedican al cultivo de cereales, olivos (de esta época, como adelantaba, proceden la mayoría de ellos), legumbres y productos de autoconsumo.

Pero en 1855 desaparece la Campana de la Mata: «por no tener sentido (doble administración), reunirse en un despoblado (Santa María de la Mata) y asistir sólo algún alcalde y secretario (que se aprovechan de los contratos)». Delimitándose los términos de los cuatro pueblos que quedaban.

En 1851 se inician los trabajos, para partir las tierras comunales y distribuirlas entre los diferentes municipios que formaban la Campana de la Mata. Culminando a finales de 1855, cuando se efectúa la Desamortización de Madoz, desapareciendo para siempre el Concejo de Santa María de la Mata, que queda de este modo:

Navalmoral consigue del Concejo el Ejido Gallinero, gran parte del Ejido Grande y parte del Berrocal; y, de las comunes con Millanes recibe la Dehesa de Abajo, Dehesa Nueva (o Boyal), Dehesa de Arriba (parte), Ejido Nuevo, parte del Berrocal y Raygosillo. A cambio, Peraleda de la Mata obtiene Torviscoso (con parte del Ejido Grande) y Cerrocincho. Y Millanes recibe gran parte de Casarejo, Cancho Redondo, parte de la Dehesa de Arriba y del Berrocal).

Millanes no está conforme, pues sólo recibe el 10 % de las tierras comunes con Navalmoral, mientras que ésta recibe el 90 %; ya que se repartió conforme al número de habitantes de cada Villa: Navalmoral tenía 872 vecinos y Millanes 70. Esta reclamación de Millanes duró hasta bien avanzado el siglo XX: en abril de 1920 finalizó la delimitación de los términos entre Millanes y Navalmoral. Recuerden que la famosa fuente del “Caño de los Herreros”, hoy de Millanes, la hizo el ayuntamiento de Navalmoral.

Con la citada Desamortización, casi todas esas fincas fueron adquiridas por nobles, burgueses y espabilados (notarios, como Urbano González Corisco; o agentes de negocios, como don Antonio Concha), desapareciendo el primitivo régimen de “tierras de propios” (de cada municipio) y “comunales” (de la Campana).

La idea era correcta (que las tierras pasaran a manos de los campesinos), pero los resultados catastróficos: si exceptuamos algunos casos en Bohonal, Talaverilla, Valdehúncar y pocos más, el resto fue a parar a los capitalistas citados, que eran quienes podían comprarlas. Y, por si fuera poco, muchos municipios (Navalmoral, Peraleda, Montehermoso, etc.) invirtieron el dinero percibido (el 80%, pues el resto se lo quedaba la Corona…) en el ruinoso ferrocarril Plasencia-Astorga.

Y, de aquel modélico sistema, ya sólo quedan en pie algunas piedras en torno a lo que fue su núcleo matriz, Santa María de la Mata. Sin que ninguno de sus tres ingratos hijos se haya preocupado de que se mantenga en pie la casa de su madre: se emanciparon y despreocuparon de ella

trejo

Zúñiga Sotomayor, Fadrique (s. XV-XVI)

  • Persona
  • s. XV-XVI

Fue también señor de Berantevilla. Sus padres fueron Francisco López de Zúñiga, I señor de Mirabel, y señor de Berantevilla, y de María Manuel de Sotomayor, hija de Juan de Sotomayor, señor de Alconchel. Casado con Inés de Zúñiga (así aparece en la documentación). Hijos: María de Zúñiga, señora de Mirabel y Berantevilla.

Soler, Miguel Cayetano (1746-1809)

  • Persona
  • Palma (Mallorca, Illes Balears, España) 1746-09-27 - Malagón (Ciudad Real, España) 1809-03-17

Abogado y político ilustrado español. Fue Ministro de Hacienda, Intendente general de Rentas y Consejero de Estado. Se licenció en Derecho por la universidad de su ciudad natal. Ejerció la profesión de abogado y la docencia en la Universidad de Palma. Fue comisionado para realizar gestiones en Madrid con objeto de fomentar el desarrollo de las islas de Ibiza y Formentera.Ocupó los cargos de Intendente General de Renta, Consejero de Estado y, desde 1798, Secretario de Estado y del Despacho de Hacienda, en el gobierno presidido por Manuel Godoy, durante el reinado de Carlos IV.Como político ilustrado fue el artífice del primer Plan General de organización de la Hacienda Pública bajo los cánones de modernidad, proyecto que incluía el impulso de las fuentes de riqueza y la defensa de medidas desamortizadoras. Ocupó el cargo entre 1798 y marzo de 1808.Tras el Motín de Aranjuez y la abdicación de Carlos IV fue depuesto de su cargo. Murió de manera trágica, puesto que fue asesinado en un tumulto que se produjo en Malagón (Ciudad Real), ya en plena Guerra de la Independencia, el 17 de marzo de 1809, al ser identificado como el autor del impuesto sobre el vino. Estaba en posesión de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III. Miguel Cayetano Soler está considerado como uno de los personajes más influyentes de la transición del siglo XVIII al XIX.

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